lunes, 27 de agosto de 2007

Desde Atenas... con dolor

Todo empezó con la tercera gran ola de calor que sufre el país este verano, la suma de intereses especulativos, accidentes y actos de locura ha provocado el mayor desastre ecológico y humano de la Grecia moderna. Un total de 3.000 incéndios este verano, un record macabro.
Las cuatro de la tarde en una playa en las afueras de Atenas, un gran manto gris cubre el cielo azul, llueve cenizas y casi no se puede respirar. De vuelta a Atenas podemos ver de cerca como el fuego amenaza a una localidad cercana, a tan sólo 100 metros de las casas.

Se sigue criticando la actuación del gobierno, un tanto lenta en entender la magnitud de la catástrofe y en pedir ayuda internacional. Pero no son las únicas críticas, en el punto de mira, la ley que permite construir sobre terreno destruido por el fuego y antes protegido por su riqueza natural. Por otro lado, las acusaciones al cuerpo de bomberos por centrar su actividad principalmente en las afueras de Atenas para evitar una catástrofe humana, dejando indefensos cerca de 12 pueblos del Peloponeso que luchan contra el fuego sin medios e incluso muchos de ellos sin agua ni electricidad. La gente se resiste a dejar sus casas, saben que solo ellos pueden salvarlas, son gente que vive de la agricultura, de la aceituna, que han visto su futuro más negro que el cielo, que llevan dos días sin ver la luz del sol, y que van a pasar el invierno más duro de la historia del país.
Anoche la televisión griega recibía llamadas de personas desesperadas atrapadas en pueblos, debido a los fuertes vientos y a los cambios bruscos de dirección de éste, se vieron atrapados en las plazas de los pueblos rodeados por las llamas, sin ninguna ayuda, sin bomberos, sin helicópteros, sin salida. Hoy daban la noticia de que el museo arqueológico de Olimpia estaba a salvo por fin, ayer en el mismo lugar tan sólo dos personas jóvenes luchaban para evitar que las llamas alcanzaran el lugar, jugándose la vida por salvar nuestra historia, sabiendo que el fuego se ha cobrado la vida de medio centenar de personas y que ellos podrían aumentar la cifra.

Realmente una catástrofe, y lo peor es que todavía no ha terminado, todavía sigue la lucha, todavía el fuego avanza, todavía esperamos ayuda. Nos preguntamos cómo ha podido suceder, quién puede querer tanto mal para tantas personas, cómo van a pasar el invierno esta gente que ha perdido sus casas, sus tierras, su trabajo y sus familiares. No tenemos palabras, sobra rabia y lágrimas.

Las fotos fueron tomadas por Helena Mexa, una chica que se siente condenada a trabajar lejos de su país debido a la difícil situación laboral de éste y que al regresar de vacaciones se encontró con que el futuro está más negro de lo que ella podría haber nunca imaginado.

2 comentarios:

cambalache dijo...

Es una pena que unas fotos tan maravillosas tengan un origen tan desgraciado. Ánimo desde Madrid y besos para tí.

Anónimo dijo...

la verdad es que comparto el dolor por las personas de Grecia, soy mexicana y me toco estar ahí en junio en el concierto de los beasty boys y Underworld e inclusive cuando lo incendiaron parecia irreal pero no sucedio nada más que una serie de reclamos pero de plano esto ya se pasa de la raya, ojala encuentren a los culpables y los hagan pagar x ello.